Cronica Pirry: Niños del Cable

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Se trata de una historia conmovedora sobre como unos niños campesinos de Colombia, con muy bajos recursos, deben «arriesgar» su vida todos los dias para poder ir a estudiar.

Si quieres que tu alumnado sepa más de esta historia os dejamos el vídeo que nos ha enviado Mari Castro maestra jubilada del CEIP «Santa Teresa » de Estepa (Sevilla), así como un relato sobre los hechos, que a la vez les permitirá practicar la lectura de textos noticieros.

En lo profundo de las montañas de Colombia, en un pequeño pueblo campesino llamado Esperanza, vivían tres niños valientes: Mateo, Ana y Carlos. Estos niños, a pesar de su corta edad, tenían grandes sueños y anhelaban recibir una educación adecuada. Sin embargo, la vida en el campo no era fácil y tenían que enfrentar enormes desafíos para poder asistir a la escuela.

En Esperanza, no había una escuela local y la más cercana se encontraba en un pueblo vecino, a varias horas de distancia. El único medio de transporte era una carretera peligrosa y accidentada, llena de curvas pronunciadas y barrancos escarpados. No había transporte público, por lo que los niños tenían que caminar todos los días para llegar a la escuela.

Mateo, Ana y Carlos provenían de familias de escasos recursos, y cada día se enfrentaban a dificultades para poder tener lo mínimo necesario para sobrevivir. La falta de recursos económicos hacía que no pudieran permitirse un almuerzo adecuado ni tener ropa y zapatos en buen estado. A pesar de todo, nunca se dieron por vencidos y se aferraron a la esperanza de un futuro mejor a través de la educación.

Cada mañana, antes de que el sol se alzara en el horizonte, los tres amigos se despertaban temprano y se preparaban para su peligroso viaje hacia la escuela. Se abrazaban a sus sueños y se prometían a sí mismos que no dejarían que nada ni nadie les impidiera aprender y crecer. Tomaban sus viejas mochilas llenas de libros y se encaminaban hacia la carretera polvorienta, dispuestos a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

Durante el camino, se encontraban con obstáculos que pondrían a prueba su valentía. Cruzaban ríos caudalosos utilizando improvisados puentes de madera, siempre conscientes del peligro que representaba una caída en esas aguas turbulentas. También tenían que sortear caminos llenos de piedras resbaladizas y atravesar densos bosques donde a veces se encontraban con animales salvajes.

A pesar de los riesgos, estos intrépidos niños nunca dejaron que el miedo los detuviera. Sabían que el conocimiento era su única esperanza de romper el ciclo de pobreza en el que se encontraban sus familias. Con determinación y sacrificio, continuaron su trayecto hacia la escuela, con la convicción de que cada paso los acercaba un poco más a sus sueños.

Su coraje y perseverancia no pasaron desapercibidos. Los maestros y la comunidad local admiraban su espíritu indomable y se unieron para apoyarlos en su lucha por la educación. Organizaron colectas de fondos para ayudar a las familias de Mateo, Ana y Carlos a adquirir libros, uniformes y zapatos nuevos. Además, solicitaron al gobierno local mejoras en las condiciones de la carretera, para garantizar la seguridad de todos los niños que iban a la escuela.

Este contenido se publicó por primera vez en actiludis.com el 18/06/2009

 

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