Me comentaba la directora de mi centro que la comercial de Anaya le había dejado un libro de matemáticas tradicionales de 5º de Primaria. Tras ojearlo observó la diferencia enorme de contenidos que existe entre este libro y el ABN que trabajaba en clase, así que puso en la pizarra varias de las actividades de numeración que venían en el libro, sin decir nada.

El resultado es que el alumnado se empezó a sorprender de lo sencillos y simples que eran las actividades que le estaba poniendo su maestra, hasta que llegó un momento que uno de los alumnos le dijo “¿maestra por qué estamos haciendo actividades de segundo de primaria?”.

Esta anécdota no sólo refleja la diferencia de contenidos visibles nada más abrir cualquier libro del método tradicional, sea del nivel que sea, y el correspondiente ABN. Sino otros aspectos importantes.

• Por una parte, es normal que el profesorado que no conoce el método ABN se asuste cuando ve los contenidos ABN. Esta anécdota demuestra que el alumnado los alcanza con naturalidad.
• También que los libros y nosotros mismos limitamos las capacidades del alumnado. El alumnado no tiene limitaciones, y no hay secreto para lograrlo. Todo está en la forma de transmitir para lo que se enseña, se entienda.
• Y la otra, la rapidez con que el profesorado que trabaja el método ABN, normaliza las capacidades que alcanzan los alumnos, olvidando que la realidad del resto del alumnado no es la de los alumnos ABN. Esto es importante porque tenemos que seguir trabajando para que cada día más alumnos se beneficien de esta metodología.
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