Lecturas de misterio, cortas y entretenidas: «Asesinato o suicidio grabado»
Las lectura detectivescas son una fuente de motivación fenomenal tanto para la lectura como para la comprensión y reflexión lectora. Tienen ese gancho de misterio y el desafío de encontrar al culpable o el porqué de lo sucedido.
Empezamos una nueva serie de lecturas cortas con comprensión de temática detectivescas, que hemos titulado «Leyendo descubrirás el misterio» y que se unen a las ya existentes en el blog como son «Tras la pista«, «Con misterio» y «Los casos del inspector Nomola«. Los protagonistas de estas aventuras son la inspectora Carmen y el sargento y también esposo Josemi». Esperamos que estos apasionantes misterios te hagan pasar un buen rato y si te fijas bien las preguntas de comprensión lectora te ayudarán a resolver el misterio. Puedes hacer la lectura desde el blog o descargar junto con las preguntas de comprensión.
Cuando la inspectora Carmen, y su eterno acompañante Josemi, sargento de la policía y a la vez su despistado marido, llegaron a la casa del magnate de las piruletas Pedro Rosales, parecía todo muy simple. Junto a su cadáver sólo encontraron una pistola, la cartera de la oficina y un viejo radiocasete, de los que hacía mucho, mucho tiempo que no se veían con facilidad.
– ¡Mira Carmen! Un radiocasete exactamente igual que este fue el que nos compramos cuando fuimos de viaje a Ceuta. Recuerdo que en la aduana nos dijeron que si teníamos algo que declarar y tú -tan sincera como siempre- dijiste que un radiocasete y nos cobraron por el impuesto más de lo que nos costó en la tienda de Mustafá Perlita.
– ¡No toques nada Josemi!, al menos hasta que no te pongas los guantes y registremos todo lo que veamos aquí. Que ya te veo con tu impulsiva curiosidad y manoseándolo todo.
– No mujer, no. Jejeje – reía mientras se volvía hacia su esposa…- ¡Perdón! – Respondió rápidamente ante la mirada afilada de su esposa- No se preocupe señora inspectora, no tocaré nada hasta que usted me lo indique.
Tras fotografiar hasta el último centímetro de la escena, el sargento Josemi, con sus inmaculados guantes de látex, recogió la pistola y tras olerla, dijo – Aún huele la pólvora, aunque ya está fría la pistola -, y acto seguido, la metió en una bolsa transparente, no sin antes topar varias veces con el borde de la apertura, cerrándola al chocar con el metal, como si quisiera reírse de él.
Observándolo pacientemente, la inspectora Carmen, con un gesto de cabeza le indicó que fuese hacia el radiocasete, sobre el cual el sargento puso su dedo índice rozando el botón del play, pero sin llegar a pulsarlo. Giró su cabeza hacia la inspectora y esperó la orden.
– ¿A qué esperas? ¡Pulsa ya el botón! – Respondió la inspectora Carmen mirando hacia el techo – Inmediatamente el sargento pulsó la tecla y se escuchó la voz del difunto en la que comentaba que estaba hasta el cuello de deudas, y que había decidido poner fin a su amargada existencia, sonando a continuación el atroz ruido del disparo de la pistola (posiblemente la que encontraron en el suelo).
– Caso resuelto, se suicidó, está grabado y muy clarito – Concluyó el sargento, seguro de sus palabras.
– No, Josemi, no. A pesar de tu precipitada opinión, tenemos un nuevo caso que investigar hasta encontrar al asesino del señor Rosales.
¿Cómo supo la sagaz inspectora Carmen que no era un suicidio sino un vil asesinato?
¿Logró el sargento Josemi meter la pistola en la bolsa de pruebas?
…
Para ayudarte a descubrir la clave, responde a las siguientes preguntas.
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