Ayer acabé un curso ABN de formación en centros, en el CEIP «Santuario»  de Córdoba. Ahí tienen la sana, buena y exportable costumbre de juntarse docentes en activo en el centro, jubilados y compañeros que han pasado por el colegio, para hacer una comida todos los miércoles del curso en el colegio.

Aprovechando mi paso por allí, me invitaron a que comiese con ellos, lo cual acepté gustosamente. El rato fue muy agradable y debo reconocer que me he llevado mucha envidia sana, ya que aunque esto también lo hay en otros centros (entre ellos el mío), nunca lo he visto con esa asiduidad semanal, en la que varias generaciones de compañeros: jubilados, en activo y que pasaron por allí, se empeñan en compartir semana tras semana.

Y para colofón, en los postres me hicieron entrega de la cuchara «Tertulia la casita», haciendome saber que soy una excepción. Para conseguirla es necesario asistir un mínimo de tres comidas seguidas y a la de tres sin asistir hay que devolverla. Todo un honor que agradezco de corazón y que colocaré en un rincón especial.